Los vecinos

miércoles, 27 de marzo de 2013

La confundieron con Dios

Se metió en un huevo y espero. El tiempo suficiente y a temperatura adecuada como para poder renacer de nuevo. Lo que la descolocó es que, al hacerlo, la confundieran con Dios. 
Quería explicar, pero todo lo que decía se entendía mal. 
- Soy una mujer como tú. Descansé y renací, soy como tú.
Algunos pensaron que era tan humilde que abogaba por la sencillez, que esa era la única vía de vida consciente, la única resurrección posible. Otros vieron  una metáfora en sus palabras: todo ser humano es un ser divino y eso nunca muere. Otros vieron ironía, otros engaño, siempre según la capacidad del observador. Y en poco tiempo su nombre se convirtió en profecía, su huevo en icono de lo sagrado, su historia en misterio, su imagen en plegaria y su vida fue reinventada -tal como pretendía, qué paradoja- hasta convertirla en la esperanza de millones de seres humanos.
Antes de morir todavía no había pasado todo eso y aún sin poder imaginar que ocurriría, decidió dejar un testimonio escrito de su verdad: "Lo divino y lo terrenal está en tus ojos. Y lo demoníaco existe para evitar que lo sepas" 
Después de miles de años todavía se busca el huevo y todavía se busca el manuscrito. Sus huesitos ya han desaparecido. Como los de todos.

4 comentarios:

  1. pensaba que tenemos dioses
    que no escribieron nada
    otros dicen lo que dijeron
    que facil no?

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  2. Cada mañana me palpo los 206 huesos de mi cuerpo. Después miro lo divino y lo terrenal, y me olvido de meterme en un huevo. Ya hay demasiadas religiones en el mundo :-)

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  3. Los 206!!!! Tu si que ets el Messies si pots fer aquest miracle! :) Abraçada, Paseante!

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