Los vecinos

viernes, 14 de diciembre de 2012

Aliça de Mallorca


Se sentaba en el banco de piedra que daba al patio interior, con su vestido de terciopelo verde y su camisola blanca desvaneciéndose en cuello y muñecas, tan blanca la piel que se perdía la línea entre tela y traje. Nunca alzaba la cabeza. Se limitaba a mirar el suelo, aquellas botas recias, a veces sucias, otras brillantes, que cambiaban nerviosas de posición, cada vez que el caballero le preguntaba y ella apenas susurraba una respuesta corta.
Él, su futuro esposo se sentaba enfrente y contemplaba su tocado de perlas y seda azafrán cubriendo toda su cabeza inclinada, apenas un fino bucle ondulado de cabello casi cobrizo escapando sobre su frente y unas manos finas, de uñas cortas con su media luna bien definida. Jamás consiguió ver sus ojos ni su boca hasta el día de la boda, pero su figura pequeña y delgada, sus hombros temblorosos, su voz susurrante y sus pequeñitos pies le tenían loco.
Desposaron a sus catorce años, pequeña flor y, sin embargo, aquella candidez dejó pronto de serlo. Tantos amantes, tantos quiebros, tantas carreras por las escaleras de caracol, los pasadizos secretos, tantas infidelidades en el mismo banco del amor donde cortejaron, tantas humillaciones y toda la Corte murmurando a sus espaldas, intrigando.
Aliça de Mallorca murió a los 35 años, torturada, sin haber vuelto a pisar su Chipre natal. 
Siete siglos después su alma sigue paseándose en el viejo castillo. Le encanta la escalera de caracol que comunica el primer piso con la gran cocina del segundo. Le gusta, sobretodo, mover el altar donde ahora se casan otros. Lo hace todas las mañanas, todas porque gritar no es suficiente.

5 comentarios:

  1. Esta historia es inventada. Cierto que Aliça existió. Sin embargo jamás habitó el Castillo de Bellver. Los gritos que se oyen en esta psicofonía son otra cosa... :)

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  2. El ajimez siempre tiene encanto propio, pero con tu historia tan bien contada es todo un disfrute.
    Abrazos
    Piedra

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    1. Este tipo de ventanas enamoran. Su función no es azarosa, no. Gracias, Piedra!

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  3. JAJAJAJAJAJAJAJA... Si dejo a mis hijos sueltos por el castillo ese, las psicofonías iban a ser de traca!!! xD

    Pobre Aliça!!! Tan pequeña y delgada... Lo que se tiene que esforzar para que noten su presencia, joe... :P

    He estado googleando el castillo. Qué original es!!! :) Fíjate. He estado en Mallorca y no he visto ná de ná. Bueno, sí, el aeropuerto, el taxi que nos llevó hasta la otra punta de la isla, el hotel, la playa, un puerto y muchos chiringuitos y restaurantes. Claro que fui justo para un fin de semana embarazada de cinco meses y con mis otras peques con 3 y 1 año respectivamente, y lloviendo a mares uno de los días. El viaje lo gané en la radio. ^_^

    Besito.

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    1. Así como lo cuentas parece una escena de una peli de Almodovar :)
      Pues el Castillo es muy especial, sí, con fantasma incluido. :)

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