El pájaro de la Navidad revolotea en mi ventana. Ya lo veis, tiene buen aspecto, color saludable, buen tamaño, voz melodiosa. Sin embargo, cuando le veo sobre las desnudas ramas de mi árbol, algo se quiebra en mí, no sé, una esperanza lejana que huele a cerrado, una sensación de truco de ilusionista torpe, una mentira de patas cortas...Lo cierto es que me esfuerzo por recordar otras sensaciones, las plácidas, las bellas y lo consigo. Pero tengo que esforzarme. Cada vez con más arrojo.
Anava a dir una vulgaritat però ho diré més finament...nina, costa un munt!!
ResponderEliminarPreciós el teu ocell de Nadal, tant de bo ens porti nous trinats.
Un somriure per a tu, preciosa! :)
També per a tu, guapa!
EliminarEn Navidad siempre tenemos que esforzarnos porque quieren hacernos sentir felices por decreto. Y eso no funciona.
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